Hola, hola a todos. El frío se ha adueñado de toda Europa (excepto que Moody´s también
pueda influir en bajar o subir las temperaturas como hace en la economía de esta “Gran Europa”) y Casares no se escapa de esas heladas aunque nada tiene que ver con lo que se está viendo por ahí. Este
fin de semana llegamos pronto, el viernes, sobre las siete de la tarde para no coger hielo en la carretera y sobre todo encender lo antes posible la estufa de leña (que se aparten los radiadores al lado de ésta).
El caso es que por la noche la casa ya estaba caliente (no muy difícil, es lo bueno que, a veces, tienen las cosas pequeñas), e intentamos desde el balcón ver la noche totalmente estrellada (bueno, lo
intentó Laura no por mucho tiempo) y es que el frío apretó, como en vuestras casas, aunque diremos que por estos lares la cosa tampoco es tan extraña.
El sábado amaneció blanco, todo blanco pero sin nieve. No vimos a nadie pero oímos las
voces de Eduardo, Leo y la Idelisa en su casa. Parecía que el pueblo aún estuviera más vacío (y eso sí es complicado), la niebla tardó un rato en marchar y sobre las doce ya reinaba
un cielo azul espléndido. A comprar el periódico, el pan y de vuelta para dar un paseo antes de comer. No se estaba mal, de verás, hasta Pontenovo que da el sol todo el camino se iba estupendamente. Nos
contó la Idelisa, Daniel y Raúl que en el Santo Tirso hubiera mucha gente, más que el año anterior y que se lo habían pasado bien, que se echó de menos a Jacoba y Enrique (están
en Barcelona) y a mi madre y hasta a nosotros. Estaban trabajando cuando aún íbamos a comer y es que los que somos unos urbanitas andamos un poco al revés de este mundo rural. Luego, otro paseo después
de comer, hasta el Poblado, que también se ve vacío, con alguna casa en venta y otras que se están reformando. Triste, con El Casino cerrado y abandonado, ni siquiera nos acercamos al Jose (por lo que
no sabemos si estaba abierto) pero es que no había ni un alma.
El domingo, un poco de lo mismo, a ver el partido del Depor A Rúa, coger el pulpo y marcharnos a
Viveiro antes de tiempo para no coger la carretera muy helada. Aún nos dio tiempo de dar una vuelta, un cielo azul, azul, y es que yo, mediterráneo y acostumbrado a los veranos de aquí, no puedo dejar
de mirarlo y echarlo de menos cuando las nubes no se van en casi todo el año. ¡¡Y no tan mediterráneo, que caray, Laura que dice ser espuma de Riazor también se cansa de La Nube!!.
Hablamos con Eduardo por la mañana, nada, un momento antes de ir a ver el partido, nos contó
que fue toda una sorpresa que vinieran Noemi y Ramón, que se lo habían pasado bien en la fiesta y que se habían ido el lunes por la mañana.
Así pasó el fin de semana, entre estufa de leña, partidos por la radio (sí, algún
día llegará la antena aunque no la echamos de menos) y paseos a esa hora en que el sol de invierno apetece que te acompañe todo el camino. Según Laura el invierno tiene su encanto. Le gusta ir con
un gorro hasta los ojos y sentir ese aire frío de sol de mediodía que dice limpiarlo todo. Yo, por mi parte, miro al río y pienso en el calor del verano, la toalla y los baños después de
un partido de fútbol. Sí, ahora Laura también piensa en ello. Mejor el verano … y mejor en CASARES.
Ya sabéis que estamos en época de Carnaval, es decir, de disfraces, filloas y demás
así que os dejamos una breve historia en la sección de Galicia sobre o Entroido (y fotos del año en que estuvimos nosotros y pudimos disfrutarlos). También añadimos una página web
de nuestra amiga Bea, una emprendedora que ha hecho realidad su sueño de abrir su propia tienda de ropa en Viveiro y que, poco a poco y con los tiempos que corren, van mejorando. Por lo menos es algo diferente, que
ya es mucho. Y cambiando de tema totalmente, os informamos que en el día de hoy juega en Santiago nuestra selección española de fútbol femenino, partido amigable contra Austria que podréis
ver a las 20.45 horas por Marca TV, teniendo una de las mejores jugadoras del mundo, «nuestra» Verónica Boquete (acompañamos la noticia de La Voz de Galicia).
Y antes de acabar tengo que hacer mención a nuestro nuevo seguidor, mi hermano pequeño, Julián,
que si bien no lo asocio tanto a Galicia sí me acuerdo cuando veo Montefurado y se tiraba en los veranos de adolescencia desde una de las piedras altas que sólo verlo daba miedo. Quizás un verano de estos,
Julián, veamos a Ruth o Martina con la misma locura que su padre.
Aburiño, nos vemos, volveremos.
P.D. Graciñas otra vez a Jose Mari, que siempre nos hace llegar su colaboración.
Al sol del mediodía , sin gorro, sin guantes....... con calorcito invernal.
Al calor de la estufa, como se ve da bastante.
Delante del CASINO, que tiempos aquellos de billar y pingpong!!!!!
P.D. Aquí os dejamos una noticia preocupante, aunque nada nuevo.
