Lo primero es lo primero: tenemos a un nuevo amigo en nuestro grupo de seguidores, así que le damos la bienvenida a Francisco.
Desde el día 17 de junio estamos de vacaciones en Casares. En estos días el tiempo se ha pasado volando: entre "currar" un poco en casa, los paseos, algo de tenis, bañarnos (no en Casares) y hogueras, ya han pasado la mitad de las vacaciones.
Este año hay un problema con el río en Casares: y es que sigue estando muy bajo. La semana pasada estuvo cortada la carretera de la presa ya que estaban unos buzos y una grúa enorme para sacar los palos que obstruían las turbinas. Esta semana ya no están pero el río no ha variado. Hemos limpiado el camino que baja para el río (aunque Raúl, el hijo de Daniel, ya había limpiado algo hace tiempo). Pero lo cierto es que está complicado para bañarse, no ofrece mucha confianza. Aunque esta semana lo vamos a intentar.
También fuímos de paseo hasta Montefurado, que decían que había abierto un bar, bueno, realmente es un centro social que había y que lo abrieron al público. Tienen bebidas, una tele y lo cierto es que el día que fuímos creemos que estaba todo el pueblo alli.
Otro día decidimos ir con mi madre a Enciñeira, que hacía 50 años que no iba. Ahí nos levantamos tempranito y a las 8.30 horas salimos. Después de 1 hora y 30 min. llegamos y mi madre no reconocía casi nada del pueblo. Allí hablamos con un paisano de 96 años que conocía a gente de Casares (entre ellas a mi abuelo) y vimos una exposición de maquetas de Vicente Blanco muy interesante: tiene en maqueta la iglesia de Montefurado, la iglesia de a Enciñeira, una palloza ... Lo cierto es que está muy bien y fue muy amable con nosotros. Es un vecino no muy mayor que estuvo toda la vida en Bilbao y que ahora vive allí: hay unos 12 vecinos viviendo pero el pueblo está bastante bien conservado.
No nos da tiempo de contar más, se acaba la batería en A Rúa. Tampoco podemos poner fotos, bueno, queda para la próxima semana, que ya estaremos currando (bua....).
Un saludo a todos, nos vemos dentro de unos días...
Al pueblo de CASARES. Es un paraíso perdido. Cuentan que había escuela y una cantina.Hoy sólo tiene siete habitantes. Casi todos aprendimos a nadar en el río, en esos veranos de infancia que tanto añoramos, en esos viajes que duraban días. Ya no están los abuelos pero viene una nueva generación. No somos tantos pero siempre hay un partido de fútbol que jugar. Y en el río siguen aprendiendo a nadar.... No hay excusas. Seguimos volviendo. HAY QUE VOLVER.
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Seguimos con la recogida de firmas para presentarlas en el ayuntamiento e intentar conseguir alguna mejora para el pueblo. Muchas gracias...
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