CASAREÑOS EN LA EMIGRACIÓN

Al pueblo de CASARES. Es un paraíso perdido. Cuentan que había escuela y una cantina.Hoy sólo tiene siete habitantes. Casi todos aprendimos a nadar en el río, en esos veranos de infancia que tanto añoramos, en esos viajes que duraban días. Ya no están los abuelos pero viene una nueva generación. No somos tantos pero siempre hay un partido de fútbol que jugar. Y en el río siguen aprendiendo a nadar.... No hay excusas. Seguimos volviendo. HAY QUE VOLVER.

miércoles, 2 de enero de 2013

2013

Un año nuevo. Quizás lleno de proyectos, de esperanza, de ilusiones... o fracasos. Un año que puede ser duro, triste a veces, eterno. Parece que dos mil doce se quedó allá lejos, que pasó mucho tiempo, que los recuerdos son de hace tanto...
En Casares recibimos el 2012, se organizó la primera andaina por mayo, se volvió a cenar juntos en verano, jugamos el partido que tanto nos gusta, nos bañamos en el río, alguna casa parece más nueva y se hizo la primera exposición dedicada a nuestro pueblo ... En definitiva, nos seguimos viendo, más o menos días pero encontrándonos en el mismo lugar, hablando de los pequeños que ya crecen, de los que no han podido venir, de los que ya no están. Habrá sido un año difícil para muchos, de cambios para otros, de soltar amarras y empezar de nuevo, de buscar ser felices.
No sabemos lo que nos trae este 2013 pero la felicidad está en las pequeñas cosas, por ejemplo, EN CASARES.

Aquí os dejamos una colaboración, unas palabras únicas. En Fuengirola tuvimos el privilegio de conocer a Adrián, un onubense que trabajaba en el hotel y nos hizo sentirnos como en casa. Sin conocer Casares, por las conversaciones que tuvimos, ha reflejado nuestro sentimiento en estas líneas que escribió en un trayecto del tren. Sin duda, especial, graciñas, ADRI, nos vemos este año.

"Hay pequeños lugares que viven impregnado en las retinas del que los mira, del que pasó los años de su infancia aferrado a sus paisajes, o de quién creció junto a su patrimonio recordando su olor, hay pequeños lugares que viajan en los ojos del que mira, y fue a través de esos ojos precisamente como conocí a Casares.

Puedo sentir cada sensación transmitida a través de las palabras de dos caminantes que llegaron hace unos meses a la recepción de este hotel, compartimos palabras, la emoción del viaje, la sensación del viajante y creamos paisajes a través de imágenes y un pequeño Blog. Una pequeña anotación en un papel que me llevaba hasta “Casareños en la Emigración”.

De repente aparece Casares y no os mentiría si dijese que casi puedo sentirlo, la tranquilidad de sus paisajes, el frescor del rio, la inmensidad del verde, casi pudiendo bañarme o fundirme como uno más de sus bienes. Lo desconocido del lugar su carácter ermitaño, la pureza y simpleza de lo que transmite verdad, una verdad que solo entiende aquél que la vive de cerca, o aquél que tiene sensibilidad para entenderla.

Admiro la labor de quién nos muestra con orgullo el regalo que les dejó la madre naturaleza, quién se siente afortunado como partícipe de aquél pequeño rincón que solo ellos conocen, pero que lejos de querer marchitarlo y condenarlo al aislamiento y abandono, abren sus puertas para hacerle aún si cabe un poco más grande.

En contraposición de esa lucha sin lucro y sincera, aparece la otra cara, la oscura cara de quién desconoce este sentimiento y vive impulsado por intereses tan negros como su propio rostro, amenazan el pequeño tesoro sin más interés que el económico, político o el suyo propio.

Por ello aprovecho para agradecer a los caminantes casareños la oportunidad que me permitís de dejar constancia aquí de mi apoyo a la defensa de nuestro Patrimonio, legado natural y paisajístico que llega a nuestras manos como herencia de forma accidental, y dada esa casualidad se nos permite su disfrute pero no su desalojo. Pobre del hombre que acostumbrado al dominio de su vida y la de otros pretenda domesticar al único ser que le permite su existencia, un ser supremo que está a años luz de su poder en la tierra.

Y como he comenzado diciendo que los pueblos viajan en las retinas del que los vé, y a mí me llega de la mano de estos dos emigrantes casareños, aprovecho este viaje de ida y vuelta para devolveros ese poquito tan vuestro, que me dejasteis en este pequeño rincón Malagueño.

Muchisimas gracias Robert y Laura, por regalarme un poquito de vosotros".

A Robert y laura,

Adrián Delajara

Unas fotos, resumen de nuestro año, de nuestros viajes, de momentos, en los que también estáis vosotros. NOS VEMOS.