Que conste que la idea fue de Laura. Nosotros, que no
diferenciamos la planta del tomate de la del pimiento y nos liamos a poner un
huerto. Y ahí estamos, nada más llegar lo primero es ir a regar el dichoso huerto,
quién nos ha visto y quién nos ve. Menos mal que está mi madre que nos cuenta “los
secretos de la huerta”, creo que es el huerto más famoso del pueblo (por
nuestra ignorancia, claro). Aunque vamos
a reconocer que unas lechugas o unos pimientos de un huerto no tienen nada que
ver con lo que compramos en el supermercado. Esperemos que algo salga, ya
iremos contando.
Pero estos fines de semana dieron para mucho más. El tiempo
sigue algo revuelto y es que de momento no hemos podido “probar” el río. Las lluvias
han estropeado las cerezas (según los entendidos) , por las noches aún no se
está muy cómodo en “la terraza” (hace bastante fresquito) pero todo esto hace que la temperatura sea
ideal para hacer unas buenas caminatas.
Panorámica por la carretera de Trives. |
Al fondo Navea . |
Aquí con "Pardao" aunque Sofia lo llama Hugo. |
La tranquilidad de un paseo al atardecer. A Laura le encanta esa foto. |
La primera que hicimos es una de las rutas señalizadas por el Concello de Quiroga (Ruta do Val de
Quiroga) y lo cierto es que animamos a todo el mundo que la haga. Está
totalmente marcada, de hecho está homologada por la Federación de Montañismo y no
tiene pérdida alguna (es un PR-G 193). Tampoco se puede decir que tenga dificultad, incluso está recomendada para hacerla
con niños o en bici. Solamente hay un
tramo al final de aproximadamente un kilómetro y medio en el que hay una buena cuesta y que nosotros tampoco
hicimos ya que nos cogió al mediodía y con un sol de justicia por lo que
decidimos dejarla para otro día. La ruta merece mucho la pena, casi todo el
trayecto tiene sombra (excepto al final) y te acompaña en todo momento el río Quiroga.
Son unos 16 km (ida y vuelta, se vuelve por el mismo camino) y sin apenas
desnivel.
Otro fin de semana el Club de Montaña de Trives organizó una
ruta al Glaciar de Prada (que también está marcada y homologada como Pequeno
Recorrido Galego, apta para cualquier persona con ganas de caminar). Si bien ya
la conocíamos nos gustó volver otra vez a la aldea abandona de Prada (esta vez
con los caminos llenos de agua por las abundantes lluvias) y pensar en el
aislamiento en el que vivieron y lo duro que tuvo que ser (porque no pudo ser
fácil vivir allí). Después de unos 16 km. el club organizó una comida para
quien quisiera en un restaurante de Manzaneda y lo cierto es que tanto la
compañía como la comida fue muy buena. Desde aquí le damos las gracias a Breo y
Olga y a todo el grupo que hizo posible esta Andaina. Y esperamos más.
También hubo tiempo para descansar así que nos acercamos a
la Feria del Aceite de Bendilló, a su molino en pleno funcionamiento y a
conocer a Pedro Losada, de Ermidón (muy cerca de Casares) que a día de hoy aún
sigue haciendo el aceite. Lo cierto es que fue todo un éxito (de gente y de
ventas) y eso que el día no acompañó para nada.
Y por Casares más o menos todo sigue igual. Los mayores
siguen pletóricos (aunque siempre se quejen) , Santiago y Jose Mari van de aquí
para allá y Mercedes está esta temporada por allí. Se sigue acercando el
panadero y el de “los congelados” (mi
madre habla maravillas de la empanada que trae, lo cierto es que tiene de todo)
y por fin pudimos ir al estreno de la obra “Menciñeiro á forza” del
grupo de teatro Augas do Sil en San Clodio, en la que participan nuestros
vecinos Eduardo (como director) y Kike (uno de los actores principales). Estuvo
muy bien, hubo muchas risas y el teatro estaba lleno.
Todo lo contado fue en el mes de mayo. Ahora os dejamos
algunas noticias sobre la zona y diferentes actividades que se organizan por
aquí cerca. El verano ya está ahí, esta semana parece que está haciendo
muchísima calor. Porque no queremos otra Prada, otra aldea más, abandonada. Volver….
No hay comentarios:
Publicar un comentario